Eugenie pensó que sería interesante usar sábanas de hoteles de lujo: «Llamé a una amiga que trabajaba en uno de ellos en Londres y me dijo que regularmente tiran la ropa de cama con los más mínimos signos de desgaste. Incluso me envió un juego de sábanas y vi que era algodón de la mejor calidad y muy adecuado para usar como ropa».